martes, 25 de marzo de 2014

Duende irlandés

Por fin he terminado mi duendecillo, la verdad es que me había olvidado de él. Pero bueno, nunca es tarde si la dicha es buena. Espero que os guste.







CROQUETAS DE POLLO Y JAMÓN SERRANO

                           
Hoy unas croquetas de pollo y jamón serrano, a petición de mi amiga Susana que dice que no le acaban de salir.
El secreto de unas croquetas, está en la masa, no puede quedar como si fuera cemento, sino jugosas y con una textura que se nos funda en la boca.
Las croquetas son mi versátiles, se pueden hacer de lo que quieras, normalmente se elaboran para aprovechar las sobras.
En este caso, las he preparado de pollo hecho al horno, de este modo las croquetas tienen un sabor increíble, solo tengo que poner un poco más, y de este modo tengo para hacer croquetas o empanadas.
El pollo lo puedes picar muy pequeñito con el cuchillo o triturar lo, a mi particularmente me gusta más encontrarme los trocitos, así sabes lo que te estas comiendo, pero hay niños y no tan niños, a los que le gusta que la masa esté más homogénea, en este caso triturar la carne con un poco de leche.
                              

INGREDIENTES
250 g de pollo
50 g de jamón serrano
1 cebolla pequeña picada o ½  de un tamaño mediano
½ l de leche templada
2  ½  cucharadas de harina
3 cucharadas de aceite de oliva
Pimienta negra recién molida
Pimienta de jamaica
Sal
Para rebozar y freír
Harina
2 huevos batidos
1 cucharada de leche, para mezclar con el huevo
Pan rallado
Aceite para freír

ELABORACIÓN
En primer lugar deshuesaremos y picaremos el pollo, luego trocearemos el jamón, y picaremos la cebolla muy muy pequeñita, ya que a la mayoría de niños, incluida la mía, no soportan encontrar ni cebolla ni ajo en las comidas.
                                               

                                         
En una sartén colocaremos unas 3 cucharadas de aceite de oliva, y pondremos a pochar la cebolla, hasta que tome un color transparente, seguidamente incorporaremos el jamón, y rehogaremos brevemente, y haremos lo mismo con el pollo.
A continuación, añadiremos la harina, un poquito de sal (poca cosa porque el jamón ya le da el toque salado), la pimienta recién molida, y la pimienta de jamaica (a gusto, sino la habéis probado nunca, tiene un sabor parecido al de la nuez moscada). Ahora iremos añadiendo la leche templada poco a poco, sin dejar de remover, la masa tiene que quedar cocida pero no en plan mazacote, sino cremosa.
                                        

                                         
Verteremos la masa en una fuente, y para evitar que se nos cree costra o bien untaremos la superficie con un poco de mantequilla, o pondremos un trozo de papel film pegado a la masa. Dejaremos enfriar.
Cuando la masa está fría cortaremos y moldearemos las croquetas.
                                        
Por último, las enharinaremos, pasaremos por huevo y finalmente por pan rallado. A continuación, freiremos en aceite bien caliente (para saber la temperatura, prueba primero con un poco de masa).

                                                          

                                                          

                                                          
 Cuando estén listas, las retiraremos del fuego escurriendo el exceso de aceite, y las colocaremos sobre un plato cubierto con papel absorbente de cocina.
                                 


Listas!!!

miércoles, 19 de marzo de 2014

Tarta de pera caramelizada y nueces

                   
Hoy es un día triste, pero lleno de recuerdos lindos. Es el primer día del padre que paso sin el.
La verdad es que he tenido mucha suerte siempre nos ha apoyado y ayudado en todo lo que ha podido a mi hermana y a mi.
Las primeras galletas que hice cuando era pequeña, mi papi fue el único que se las comió, pobrecito mío, aquello estaba duro, duro, vamos que en vez de adamantium podían haber utilizado mis galletas para revestir el esqueleto de Lobezno (X-men). Pero mi padre lo único que me dijo es, que me habían salido un poquito duras aunque estaban muy buenas, eso es amor de padre, porque ni mi madre se las comió.
Así que para un día tan lleno de recuerdos hermosos, he hecho un bizcocho que le encantaba, suave, jugoso y lleno de sabores y texturas. El bizcocho en si está de vicio, pero si le añadimos nueces y pera caramelizada ya es de infarto.
Podéis sustituir la pera por manzana sale igual de bueno, es más cuando lo hice la primera vez utilice manzana. La idea se me ocurrió haciendo un pastel invertido, y pensé en medio del bizcocho la manzana caramelizada también tiene que quedar muy rica, y además no dejará tan húmeda la tarta. Esto lo digo, porque un día hice una tarta alemana que lleva una mezcla de canela en polvo y manzana rallada en su interior, de sabor estaba espectacular, pero después de unas 5 horas estaba empapada del jugo de la manzana, un desastre. Pero con la manzana o pera caramelizada eso no pasa, y el sabor es increíble.
Habréis observado que utilizo mucho el azúcar vainillada, es porque la hago yo misma, es tan sencillo como coger un bote hermético, poner una vaina de vainilla abierta, y incorporar azúcar normal, cierras el bote, y en un día tienes un azúcar aromatizada de vainilla. Puedes incorporar también las vainas utilizadas en cremas, las limpias las secas y las añades al bote, puedes ir reutilizándolas.

INGREDIENTES
·       5 huevos
·       160g de azúcar vainillada
·       230g de harina
·       1 yogurt natural
·       La ralladura de un limón
·       175g de mantequilla
·       1 sobre de levadura
·       3 cucharadas de ron
·       2 cucharadas de leche
·       3 peras (cortadas en láminas un poco gruesas)
·       ½  manzana (cortada en daditos)
·       Azúcar normal para caramelizar
·       80g de nueces
·       50g de almendra laminada
·       Azúcar glas
·       1 cucharada de harina o pan rallado para espolvorear el molde
·       Un poco de mantequilla para untar  el molde
ELABORACIÓN
En primer lugar caramelizaremos las peras, echamos dos cucharadas de azúcar en una sartén caliente y cuando tome un tono dorado vamos colocando las rodajas de pera sobre el azúcar, la tenemos como medio segundo por cada lado. Vamos repitiendo la operación con el reto de pera, añadiendo una cucharada de azúcar cada vez. A medida que las vamos sacando las colocamos sobre papel de hornear para que no se peguen.



Mientras se enfrían las peras, prepararemos el bizcocho. En un bol o cuenco hondo y amplio pondremos la mantequilla con el azúcar y la ralladura de un limón, y batiremos hasta que los ingredientes estén bien integrados, debe de quedarnos como una cremita. Luego iremos incorporando los huevos uno a uno, cuando lo tengamos todo mezclado, añadiremos el yogurt, y lo incorporaremos a la masa.


Seguidamente, la harina tamizada con la levadura, la uniremos con una varilla manual sin batir demasiado, sino con más dulzura, en mi caso lo hago todo con la varilla manual, pero si lo hacéis con una varilla eléctrica, en este punto mejor utilizar la manual o bajar bastante la potencia de la eléctrica. A continuación, los líquidos, la leche y el ron.
Por último, añadiremos las nueces ligeramente picadas, y la manzana cortada en daditos pequeños.

Prepararemos el molde, con un poco de mantequilla, harina o pan rallado, repartiéndolo bien por todo el molde para que el bizcocho no se pegue.
Primero incorporaremos la ½ de la masa, sobre ella iremos colocando la pera caramelizada, y posteriormente el resto de masa. Esparciremos la almendra laminada por encima junto a una pizca de azúcar vainillada.



Introduciremos el bizcocho en el horno precalentado a 200º, una vez dentro bajaremos la temperatura entre 180º y 170º, durante 1 hora aproximadamente. Transcurridos unos 40 minutos, introduce un palito de madera (los de hacer brochetas) en el medio para comprobar la cocción, porque cada horno es un mundo y los tiempos varían.
Cuando lo saquemos del horno lo dejamos enfriar un poco antes de desmoldarlo, y luego lo colocaremos sobre una rejilla (te la puedes comprar, o hacer lo que yo, las de los microondas rotos me las guardo y me sirven para la repostería).


Una vez frío lo espolvorearemos con azúcar glas.


A disfrutar!!!


lunes, 17 de marzo de 2014

EMPANADA DE ATÚN


Hoy se celebra en casi todo el mundo, el Día de San Patricio, en conmemoración del fallecimiento de este misionero cristiano.
Según wikipedia:
Patricio nació con el nombre de Maewyn alrededor del año 387 en Bennhaven Taberniae, en la actual Escocia. Era hijo de un oficial romano, cuya religión era el cristianismo. A los 16 años cayó prisionero de piratas irlandeses y fue vendido como esclavo. Tras varios intentos, logró huir y se convirtió en predicador del Evangelio en Irlanda, isla que en esos tiempos se encontraba dividida en numerosos clanes sometidos a la poderosa autoridad de los druidas.
Se adaptó muy bien a las condiciones sociales del lugar, formando un clero local y varias comunidades cristianas, respetando las tradiciones y costumbres propias de sus habitantes. Se le conoce como el Apóstol de Irlanda, donde murió hacia el año 461 a causa de su vejez.
Una tradición irlandesa le atribuye la hazaña de haber librado la isla de serpientes. Actualmente, Irlanda es la única región de las Islas Británicas que no posee ofidios silvestres, debido a su separación de Gran Bretaña poco después de finalizar la última glaciación.
Su fiesta se celebra el día 17 de marzo. La Fiesta de San Patricio es muy celebrada en Irlanda, de donde es patrón, y sobre todo en Estados Unidos. Cada 17 de marzo se organiza en Nueva York un gran desfile por la Quinta Avenida en la que participan multitud de personas vestidas de verde.
Los elementos tradicionales de los festejos son la cerveza y el trébol, este último, tiene que ver con que San Patricio tuvo que explicar una vez lo que era la Santísima Trinidad. Para que todos lo entendieran, utilizó un trébol como muestra, explicando que la Santísima Trinidad, al igual que el trébol, era una misma unidad, pero con tres personas diferentes. La primera hoja del trébol era el Padre, la segunda era el Hijo, y la última el Espíritu Santo, por ello, el trébol de tres hojas es símbolo de buena suerte, pues representa a la Trinidad.
Aunque la empanada no es muy irlandesa, si lo es gallega, y en diversas partes de Galicia también se celebra esta festividad (la Coruña, Caldas de Reyes), ya que a ambas les unen ancestrales vínculos.
FELIZ  DÍA DE SAN PATRICIO

Fin de semana fuera,  fui a ver a mi amiga en una quedada de puntaires, en una feria de artesanías que se celebraba cerca de Olot.

                                             
Después fuimos a comer a Oix en la Masia Can Bundància en donde comí las mejores patatas de Olot. No hice fotos porque el restaurante estaba lleno y me daba vergüenza echar fotos a la comida, aunque este de moda hacerlo.

                                        
Para finalizar el día, pasamos la tarde en el lago de Banyoles.





La masa de la empanada que he hecho, es esponjosa, suave, y jugosa. A más a más aguanta muy bien, si sobra le puedes dar un golpe de horno, y seguirá estando muy sabrosa.

INGREDIENTES
1kl de harina
14g de levadura seca de panadería
475ml de agua templada
25ml de leche entera templada
½ vaso de aceite de oliva de pimientos rojos
30g de mantequilla
½ cucharadita de pimentón rojo
2 cucharaditas de sal
½ cucharadita de azúcar
1 pimiento rojo a tiras
1 pimiento verde a tiras
1 cebolleta a tiras
1 berenjena mediana a tiras
3 latas de atún
3 huevos cocidos picados o en rodajas
La yema de un huevo y una cucharada de leche para pincelar la empanada.
Entre 7 y 9 cucharadas de salsa de tomate (si puede ser casero mejor)

ELABORACIÓN

Primero rehogaremos las tiras de pimiento rojo en el medio vaso de aceite de oliva. Lo retiraremos una vez cocinado, lo colaremos (reservamos el aceite para la masa de empanada) y dejaremos enfriar.

Luego cocinaremos el pimiento verde, y retiraremos a un plato junto al pimiento rojo. Repetiremos la misma operación con la cebolleta y la berenjena. 

Una vez tenemos rehogadas todas las verduras prepararemos la masa. Colocaremos 800g de harina en un cuenco hondo, incorporaremos la sal, la levadura, la mantequilla a temperatura ambiente, el azúcar, el aceite de pimientos rojos, el pimentón y el agua con la leche, en dos veces.



Lo mezclamos todo y lo dejamos reposar tapado en un lugar cálido, hasta que doble su tamaño. Entre 2 o 3 horas.

Mientras preparamos una salsa de tomate casera y cocemos los huevos. Si deseas ir más rápido sustitúyela por un tomate sofrito comprado.
Ahora viene cuando nos tenemos que poner buena música, si tiene ritmo mejor, porque una vez la masa haya duplicado su volumen, debemos amasarla con el resto de la harina durante mínimo 15 minutos, porque el amasado es lo que le da esa esponjosidad. Así que, os recomiendo música latina, y a mover el esqueleto, que los 15 minutos se pasan volando.





A continuación, dividimos la masa en dos (unos 450g aproximadamente cada trozo de masa), y la estiramos en forma de rectángulo (al gusto, redonda también queda muy mona). 



La colocamos en la bandeja del horno, sobre el papel de hornear. Primero extenderemos la salsa de tomate, y en este orden, los pimientos, la berenjena, la cebolleta, el atún y por último el huevo, junto con un toque de pimienta recién molida.



Seguidamente, extenderemos la segunda parte de la masa y taparemos la empanada, primero sellaremos con el dedo y después le haremos el pliegue (también puedes utilizar las púas de un tenedor).



Finalmente, mezclaremos la yema de huevo con la leche, y pincelaremos por encima. Podemos realizarle una decoración con la masa sobrante. 

Hornearemos en horno precalentado a 200º, que luego bajaremos a 180º, unos 20 minutos aproximadamente.