Para darle la forma puedes utilizar dos cortapastas redondos de diferente tamaño, o también puedes hacer servir tapones de botellas de agua. En el caso de los agujeros centrales las pajitas van muy bien.
INGREDIENTES
• 250 g de harina
• 80 g de almendra molida
• 130 g de azúcar glas
• 130 g de mantequilla
• 1 huevo + 1 yema
• 10 ml de extracto de vainilla o esencia
• Una pizquita de sal
ELABORACIÓN
En primer lugar, preparamos en un bol la harina, y el azúcar glas tamizados junto a la almendra molida, y mezclamos bien los ingredientes.
En otro cuenco batiremos el azúcar con la mantequilla, cuando este bien mezclado añadiremos el huevo y la yema, y removeremos hasta su completa asimilación.
A continuación, incorporaremos al preparado el extracto o esencia de vainilla.
Seguidamente, integraremos todos los ingredientes sin amasar demasiado, hasta que nos quede una masa uniforme y homogénea.
Una vez hecho esto la envolveremos en papel film y la dejaremos reposar mínimo 30 minutos en la nevera.
Transcurrido este tiempo extenderemos la masa, dejando un grosor de entre 2 o 3 mm, después dejaremos la masa sobre una bandeja o superficie plana y la llevaremos de nuevo a la nevera 1 hora más.
Cuando la saquemos le podemos dar la forma, con un cortapasta redondo, cortamos la galleta, y con un tapón de botella un poco más pequeño marcamos el surco presionándolo un poco contra la superficie de la galleta. Finalmente haremos los agujeros con una pajita, realizando dos aperturas paralelas.
De nuevo, llevamos la bandeja a la nevera y las dejamos 1 hora más. Para que todo este sinfín de idas y venidas a la nevera, para que la galleta mantenga su forma al hornearse, cuanto más tiempo mejor hay gente que las deja hasta 6 horas.
Por último, introduciremos la bandeja en el horno precalentado a 180º unos 10 minutos aproximadamente, con la resistencia arriba y abajo.
Ojo!! Al sacarlas estarán blanditas, pero no os preocupéis, a medida que se enfríen irán endureciéndose.
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